Cómo escuchar a tu cuerpo puede cambiarlo todo.
- Nuria Juarez
- 2 may
- 2 Min. de lectura
En un mundo que constantemente nos empuja hacia la velocidad, la productividad y la mente hiperactiva, la temporada Tauro llega como un susurro suave que nos dice: “Detente. Habita. Siente.”

El cuerpo no es solo un vehículo, es hogar. Y cuando lo habitamos con presencia, empezamos a sentirnos de verdad en casa.
El cuerpo no miente
Muchas veces, cuando en terapia pregunto “¿qué sientes ahora mismo?”, la respuesta viene desde la cabeza: “Creo que estoy bien” o “me pasa esto por aquello que viví”.
Pero... ¿Qué siente el cuerpo?¿Hay tensión? ¿Falta el aire? ¿Los hombros pesan?
La mente elabora, pero el cuerpo guarda la verdad. Y si aprendemos a escucharlo, empezamos a reconocer patrones, límites, necesidades... incluso heridas no resueltas.
Las necesidades del cuerpo que solemos ignorar
Nuestro cuerpo tiene necesidades básicas que a menudo pasamos por alto:
Descanso verdadero, no solo dormir, sino parar sin culpa.
Contacto: un abrazo sostenido, una mano cálida, un roce que nutre.
Movimiento natural, no impuesto: caminar, estirarse, danzar.
Ritmo lento, sin exigencias externas.
Alimento consciente, saboreado, presente.
Espacio para llorar, reír o suspirar, sin tener que explicarlo.
Cuando no escuchamos estas necesidades, el cuerpo grita de otras formas: insomnio, ansiedad, tensión, apatía…Volver al cuerpo es también volver a nuestra verdad interna.
Tauro nos ofrece la oportunidad de poner atención al cuerpo y a bajar nuestro ritmo, a disfrutar del momento presente sin prisa. Esta energía nos conecta con los sentidos: el tacto, el gusto, el olfato… y también con lo que sucede internamente. Escuchar al cuerpo requiere: Calma, constancia, suavidad.
Ejercicio de conexión: "Anclaje en la tierra"
Te propongo una práctica sencilla para comenzar a cultivar esta escucha:
Siéntate o ponte de pie, con los pies apoyados firmemente en el suelo.
Cierra los ojos y respira profundo.
Lleva tu atención a las plantas de tus pies. Imagina que echan raíces.
Nota el peso de tu cuerpo. ¿Dónde se apoya más?
Observa sin juicio. ¿Hay tensión, cosquilleo, vacío?
Quédate un par de minutos ahí.
Abre los ojos cuando lo sientas.
Esta práctica no busca “lograr” nada. Solo recordarte que estás aquí. Que tu cuerpo te sostiene. Y que puedes confiar en él.
Escuchar es un acto de valentía
Escuchar a nuestro cuerpo es un acto de valentía. Porque, al detenernos, nos enfrentamos a lo que hemos ignorado o dejado atrás. Pero también nos brindamos la oportunidad de conocerlo, de respetarlo y, sobre todo, de cuidarlo.
Recuerda que, en este mes de Tauro, el desafío no es avanzar rápido, sino estar presentes. Permítete sentir cada momento sin prisa, sin juicio. Dale a tu cuerpo la oportunidad de hablar y confiar en que, a través de esa escucha, se abrirán nuevos caminos de sanación y autoconocimiento.
Hoy, y todos los días, tu cuerpo es tu refugio. Escúchalo, ámalo, y dale espacio para ser.
Si sientes que este camino hacia la conexión profunda contigo mismo/a te resuena y te gustaría acompañarlo con herramientas corporales, te invito a conocer los servicios de acompañamiento que ofrezco y cómo puedo apoyarte en tu proceso de sanación y crecimiento personal. www.nuriajuarez.com
Comments